El entrenador de
beisbol de los Angelinos de los Ángeles, Don Baylor, se
rompió el fémur derecho mientras recibía el un lanzamiento
desviado de Guerrero durante la ceremonia inaugural de la campaña en 2014 (Major League Baseball o MLB)
Las fracturas diafisarias de fémur son las
localizadas por debajo del trocánter menor hasta 6 cm. por encima del extremo
distal del fémur. La mayor incidencia se da en adultos jóvenes, debiéndose a
traumatismos de alta energía (accidentes de tráfico). El paciente suele ser un
politraumatizado que presenta otras lesiones asociadas.
Las
fracturas patológicas se deben por lo general a metástasis, enfermedad de paget
o enfermedades metabólicas que provocan osteopenia(disminución en la densidad
mineral ósea, que puede ser una condición precursora de osteoporosis), que es lo más probable en este
caso.
Desplazamientos
En las fracturas bajas (supracondíleas), el
fragmento distal corto se coloca en flexión por acción del gemelo, mientras que
el fragmento próximal se coloca en aducción por acción de los aductores. La
arteria femoral puede cabalgar sobre el fragmento distal.
Clínica
y diagnóstico
En la clínica nos encontramos con los siguientes
datos:
·
Impotencia funcional.
·
Movilidad anormal con crepitación y
angulación del muslo.
·
Acortamiento del miembro inferior.
·
Rotación externa del pie.
·
Gran deformidad y aumento del volumen
del muslo por hemorragia y edema.
Hay que colocar el miembro en tracción con una
maniobra suave y valorar su estado general y las posibles lesiones asociadas.
Se coloca una tracción esquelética en la tibia reservando la tracción
supracondílea femoral para usarla, si es necesario, en la cirugía. Si no se
puede colocar una tracción, se inmoviliza el miembro afecto con una férula en
extensión. Se realiza una exploración de los pulsos periféricos y de la
sensibilidad para detectar posible daño neurovascular. Una vez estabilizado el
paciente, se realiza el estudio radiológico, realizando Rx. AP y L.
Tratamiento
A) Tratamiento conservador.
Se realizan tracciones cutáneas o esqueléticas que contrarresten la acción
deformante de los grupos musculares. Es conveniente colocar una férula con una
ligera flexión de la cadera en abducción del miembro y en cierta rotación
externa para alinear el segmento distal con el próximal.
B)
Tratamiento
quirúrgico. El tratamiento quirúrgico es la norma, pues
favorece la temprana recuperación funcional disminuyendo la morbilidad (En
pacientes politraumatizados la estabilización de la fractura facilita los
cuidados, mejora la situación general del paciente y su evolución, y aleja el
peligro de embolia grasa y del síndrome de distrés respiratorio del adulto)
Tratamiento
postoperatorio
Se debe comenzar la movilización de la cadera y de
la rodilla en cuanto lo permita el dolor. La carga y el apoyo parcial se pueden
iniciar a los 3-4 días, aunque en fracturas muy conminutas es conveniente
diferirlo. Los controles radiológicos se realizan cada mes hasta la
consolidación, que tiene lugar de 4 a 5 meses. La dinamización de los clavos
puede resultar útil en casos de retardo de la consolidación hacia el 3-4 mes, y
siempre retirando el par de tornillos más alejados del foco. La retirada del
material de osteosíntesis (EMO) se recomienda en el paciente joven pasados los
18 meses de la lesión o un año de la curación.
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