martes, 3 de enero de 2017

Andreu Fontás

Un mal apoyo de su pierna derecha le costó a Andreu Fontás (futbolista español, que juega como defensa y, actualmente pertenece al Real Club Celta de Vigo) la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla.
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Los ligamentos de la rodilla se componen, principalmente, por:
Los ligamentos cruzados: el anterior y el posterior (éste último con menor incidencia de lesiones).
Los ligamentos laterales: el interno (más frecuente) y el externo.

El ligamento cruzado anterior (LCA) es un elemento básico en la rodilla, ya que es su estabilizador. Su rotura puede ser parcial o total, y se suele producir por un traumatismo severo o un giro excesivo (en una parada brusca, en la que la articulación no hace el gesto natural y, el pie permanece fijo en el suelo o bloqueado por un jugador contrario). Esa rotación que se realiza a nivel de la rodilla produce la rotura del ligamento, que no puede resistir a la gran tracción producida. Y éste es un movimiento relativamente frecuente en el fútbol.
Los que la han sufrido aseguran que primero escuchan un chasquido, y después les invade un inmenso dolor en la zona afectada.

En el caso que éste giro sea ya demasiado exagerado o se produzcan otros movimientos asociados, puede comportar que se rompan también otras estructuras de la rodilla (meniscos, cartílago, ligamentos laterales), lo cual empeoran también el pronóstico final.

El principal problema que presentan las lesiones de los ligamentos cruzados es que difícilmente se curan por si solos, por eso es necesario tener que operar en su gran mayoría.
Al no cicatrizar por si mismos hay que sustituir éste ligamento roto por otro tendón propio del paciente (los más frecuentes son el tendón rotuliano y los tendones isquiotibiales), realizando lo que se llama una plastia. Actualmente con la artroscopia es posible sustituir el ligamento y las lesiones asociadas con mínimas incisiones, lo que comporta una recuperación más rápida, con menor dolor y con más precisión en el tratamiento.
La artroscopia ha revolucionado el tratamiento de las lesiones deportivas.

Debe de haber un equilibrio entre empezar a movilizar muy rápido pero con riesgo de que el ligamento se “afloje”, o dejarlo “quieto” mucho tiempo para asegurar la cicatrización, pero esto hace que se produzca más rigidez y más atrofia muscular.
Los plazos aproximados y generalizados de recuperación son:

Sobre 4-6 semanas caminar sin muletas
2 meses iniciar bicicleta
3 meses realizar ejercicios de tonificación muscular
3-4 meses iniciar carrera

Entorno a los 5-7 meses se suele conseguir la recuperación completa, dependiendo del estado del punto de partida inicial y del estado previo.

En deportistas profesionales, cómo el diagnóstico inicial suele hacerse inmediatamente (en menos de 24 h con una resonancia) y sabiendo que el ligamento no va a cicatrizar, cuanto antes se opere y menos inflamación se produzca (tanto por la lesión como por la cirugía), más rápida y mejor es la recuperación.




http://www.lainformacion.com/deporte/futbol/las-peores-lesiones-en-el-deporte-i-la-rotura-del-ligamento-cruzado-de-la-rodilla_Hqf4NfudFMC8ezVVQhgPW/

http://www.barnaclinic.com/blog/traumatologia-deportiva/2015/09/21/rafinha-ligamento-cruzado/

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