El tenista español ha padecido varias lesiones a lo largo de su carrera, esto como resultado de una exigencia constante y a un aluvión de partidos jugados a un fuerte ritmo a lo largo de cada temporada. En 2012 sufrió una lesión crónica en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda que lo llevó a estar varios meses sin actividad.
El tendón rotuliano, que une la parte inferior de la rótula con la tibia, es el que realiza toda la fuerza para aguantarnos de pie y, conjuntamente con el tendón de Aquiles, es el que nos impulsa durante la carrera.
Este tipo de lesión de dicha articulación en el tenis suele ser muy común por tratarse de un deporte de giros e impacto. Movimientos bruscos, contacto agresivo con el suelo, saltos, sprints, frenadas, arrancadas y cambios de dirección, generan malos apoyos que poco a poco van afectando, en este caso, a las rodilla. La cual, sufre mucho más si jugamos en terreno rígido (quick) que en blando (tierra batida).
Las lesiones de los tendones figuran desde la tendinitis (inflamación de un tendón) hasta la ruptura de un tendón, el cual ocurre mayormente por su uso excesivo, puesto que éste se estira como un pedazo de goma desgastado y se inflama.
La tendinitis puede ser aguda, si la causa que la ha provocado es de pocos días de evolución. O puede ser una tendinitis crónica (como es en este ejemplo del caso clínico de Rafa Nadal), en el caso de lesiones tendinosas de tiempo de evolución que no han mejorado con los tratamientos habituales. Éste tipo de lesiones crónicas suelen evolucionar a la tendinosis, bien sea porque no se llevó a cabo el tratamiento adecuado o no se cumplió con el reposo requerido.
Para evitar problemas, es necesario tomar una serie de precauciones y cuidados. Como en cualquier otro deporte, hay que reforzar ambas rodillas para poder seguir rindiendo al máximo, por tanto, para lograr de fortalecerlas es importante aumentar el tono muscular de todos los grupos musculares que las rodean, realizando así ejercicios de fuerza para los extensores de rodilla, flexores y gemelos. De esta manera, se evitará la tensión directa sobre la articulación.
También es muy importante realizar ejercicios de estiramientos para prevenir las lesiones musculares, sobretodo en la zona de los isquiotibiales.
El tratamiento para las lesiones y trastornos de los tendones incluye: descanso, aplicar hielo, elevar la pierna, emplear medicamentos tales como la aspirina o el ibuprofeno para aliviar el dolor y reducir la hinchazón, limitar la práctica de deportes y en caso de necesitarlo, la cirugía. También, existen diversos ejercicios, estiramientos y masajes fisioterapéuticos que se pueden aplicar en el caso de esta lesión.
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